Para algunos autores, la estimulación temprana
supone promocionar unos determinados estímulos que van a facilitar el
desarrollo global del niño, y por lo tanto, a conseguir que su organismo llegue
al máximo de sus potencialidades.
En cambio, para otros, su objetivo es mejorar o
prevenir los probables déficit en el desarrollo psicomotor de niños con riesgo
de padecerlos, tanto por causas orgánicas como biológicas o ambientales. Esta
intervención temprana consiste en crear un ambiente estimulante, adaptado a las
capacidades de respuestas inmediatas del niño, para que éstas vayan aumentando
progresivamente.
Lo que en realidad se pretende es la
potenciación máxima de las posibilidades físicas e intelectuales del niño
mediante la estimulación regulada y continuada llevada a cabo en todas las
áreas sensoriales, pero sin forzar en ningún sentido el curso lógico de la
maduración del sistema nervioso central. No se trata de presentar al niño la
mayor cantidad de estímulos y experiencias posibles, sino que consiste en un
tratamiento con bases técnicas científicas, tanto en lo que respecta al
conocimiento de las pautas de desarrollo que sigue un bebé, como las técnicas
que se emplean para alcanzar dichas adquisiciones. La estimulación temprana
está determinada por su carácter sistemático y secuencial y por el control que
se hace de dicha estimulación.
De acuerdo al equipo de Lydia Coriat, la
estimulación temprana consiste en “crear las mejores condiciones posibles para
que la misma familia del niño lo rodee y lo incluya cómo a uno mas”.
Según Liliana Stein, la estimulación temprana se
basa en alentar el talento innato que tienen los bebés y los niños para
aprender con facilidad, teniendo en cuenta los distintos períodos sensitivos y
cognitivos del pequeño. Es toda aquella actividad de contacto o juego con un
bebé o niño que propicie, fortaleza y desarrolle adecuada y oportunamente sus
potenciales humanos.
Todas estas definiciones pueden resumirse
diciendo que actualmente, la estimulación temprana está pensada para mejorar
las capacidades de desarrollo de todos los niños, y de forma más específica,
para prevenir posible déficit ocasionado tanto por causas genéticas, mecánicas,
infecciosas, ambientales o sociales, que afectan psíquica, física o
sensorialmente al niño.
¿Qué NO
ES la estimulación temprana?
·
No es hacer una tarea mecánica
y repetitiva hasta que el niño la aprenda de memoria.
·
No es intentar conseguir una
respuesta positiva siempre que trabajamos con él, y frustrarnos si no lo
logramos.
·
No es comparar los logros del
pequeño con otros alcanzados de la misma edad.
·
No es intentar convertir al
niño en genio.
¿A
quién va dirigida?
Está dirigida a todos los niños de 0 a 6 años, aunque es
especialmente útil durante los 3 primeros años de vida y sobre todo para los
niños que presentan alguna deficiencia, retraso o riesgo de padecerlo, en
cualquiera de estas áreas de desarrollo, así como para las familias, los
maestros y el entorno que los rodea.
¿Cuándo
se aplica?
Se aplica entre el nacimiento y el segundo o
tercer año de vida del niño. Esto se debe a que es el tiempo en que
biológicamente está justificada la estimulación temprana, en tanto que parte de
ella se basa en la plasticidad del sistema nervioso en estos primeros años.
De todos modos, las técnicas de estimulación temprana deben empezar a aplicarse cuanto antes mejor.
De todos modos, las técnicas de estimulación temprana deben empezar a aplicarse cuanto antes mejor.
¿Por
qué se aplica?
La estimulación temprana se aplica, ya que las
experiencias e investigaciones han demostrado ampliamente que si se estimula a
los niños desde su más temprana edad, es posible mejorar sensiblemente a dichos
niños e incidir de forma positiva en la aceptación por parte de sus padres de
que, de este modo, con el tiempo, se vuelven estimulantes para su hijo.
¿Para
qué se aplica?
En principio se intentaba contribuir a la
erradicación de la subnormalidad.
Hoy en día, su finalidad, se vincula en contribuir, lo más pronto posible, a mejorar los resultados que hasta ahora cabía esperar en ciertas deficiencias. En algunos casos esto puede traducirse en mejoras sustanciales en el coeficiente de desarrollo, la integración social y la personalidad, de este modo, logra que en lugar de disminuir los coeficientes de desarrollo y acentuarse los problemas, éstos mejoren.
Hoy en día, su finalidad, se vincula en contribuir, lo más pronto posible, a mejorar los resultados que hasta ahora cabía esperar en ciertas deficiencias. En algunos casos esto puede traducirse en mejoras sustanciales en el coeficiente de desarrollo, la integración social y la personalidad, de este modo, logra que en lugar de disminuir los coeficientes de desarrollo y acentuarse los problemas, éstos mejoren.
Sin embargo, donde la estimulación temprana
puede obtener mejores resultados, es en los niños que aparentemente parecen no
necesitarla, pero que luego, pasados unos años, conforman el grupo conocido
como de deficientes ligeros o superficiales. Probablemente, todos ellos, podrían
estar en el grupo de la normalidad si se hubieran beneficiado de la
estimulación temprana.
En síntesis, la estimulación temprana tiene como
finalidad intervenir lo más tempranamente posible en el desarrollo de cualquier
bebé para mejorar en lo posible el probable resultado que de otro modo cabría
esperar antes, cuando no se tomaban estas medidas.
¿Dónde
se aplica?
Hay 2 posibilidades en cuanto al lugar donde se
debe aplicar la estimulación temprana: en un centro especializado o en el
propio hogar del bebé. En los primeros meses, lo más conveniente es que se
realice en el propio hogar del niño.
Cualquiera de las posibilidades puede aportar
elementos positivos al desarrollo del niño y lograr los objetivos propuestos si
éstos son elaborados con realismo y teniendo en cuenta todos los factores y si,
al mismo tiempo, se realiza de forma bien organizada y controlada. Lo
importante es saber elegir la forma más idónea para cada caso una vez valoradas
las distintas circunstancias que concurren.
¿Quién
la aplica?
Es conveniente que la apliquen los padres cuando
los niños presentan un desarrollo normal.
En cambio, la estimulación temprana a niños con deficiencias debe ser aplicada por personal perfectamente preparado en este sentido, responsable y consciente de su trabajo, conocedor del desarrollo neurológico y evolutivo normal del niño, así como con experiencia en el campo de la subnormalidad para no incurrir en el error de forzar las situaciones. En el caso que sean los padres los encargados de aplicar la estimulación temprana, éstos deben estar asesorados y contar con el seguimiento de un profesional o equipo especializado en estimulación temprana, que dirija y confeccione los sucesivos programas que se han de aplicar al niño, al tiempo que enseñe como hacerlo a los padres.
En cambio, la estimulación temprana a niños con deficiencias debe ser aplicada por personal perfectamente preparado en este sentido, responsable y consciente de su trabajo, conocedor del desarrollo neurológico y evolutivo normal del niño, así como con experiencia en el campo de la subnormalidad para no incurrir en el error de forzar las situaciones. En el caso que sean los padres los encargados de aplicar la estimulación temprana, éstos deben estar asesorados y contar con el seguimiento de un profesional o equipo especializado en estimulación temprana, que dirija y confeccione los sucesivos programas que se han de aplicar al niño, al tiempo que enseñe como hacerlo a los padres.
¿Cómo
se aplica?
Debe aplicarse de un modo muy responsable, y
ello implica la elaboración específica y concreta de un programa individual de
estimulación para cada niño. Estos programas se elaboran a partir del
diagnóstico y del análisis de una serie de pautas de observación y escalas de
desarrollo.
Para la confección y la aplicación de los
programa de estimulación temprana se sigue el análisis de las pautas de
maduración del niño normal, así como algunas escalas ya establecidas sobre el
desarrollo asociado a algunos tipos de síndromes específicos más estudiados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario