El tema central del desarrollo del niño de 2 años es la autonomía. Ya es consciente de sí mismo como persona, quiere hacer las cosas solo y se opone a los adultos
para afirmar esa marcha hacia su independencia. Por otro lado necesita
la puesta de límites que se manifiesta a través de rabietas y
berrinches.
Es
durante éste año que el niño aprende a controlar sus esfínteres
adquiriendo la madurez biológica , dicho aprendizaje tiene una profunda
raíz emocional, la posibilidad de control se relaciona con fantasías
inconscientes ; se asocia con dar y recibir algo valioso y a través de
sus excrementos puede expresar también sus sentimientos negativos hacia
sus padres o adultos significativos.
En
éste período comienza a interesarse por las diferencias anatómicas
entre ambos sexos. Ya a ésta edad puede identificarse con ciertos
personajes y dramatizar situaciones conflictivas a través del juego
simbólico que o ayudará a elaborar la realidad que lo rodea.
En ésta edad el niño ya disfruta la compañía de otros niños aunque solo sea capaz de integrarse por breves momentos al juego.
Sus
dibujos son garabatos longitudinales y más tarde circulares y al final
del tercer año de vida ya suele ponerle nombre a lo que realiza. Cuando
termina éste período podrá distinguir los nombres de los colores
primarios y reconocerlos, también podrá encajar, enhebrar, abrochar, etc; con bastante habilidad.
El
niño de dos años puede caminar y correr aunque no puede detenerse
súbitamente, puede subir las escaleras sin alternar los pies.
Ya
domina unas cuantas palabras y puede usar oraciones muy simples.
También se expresa verbalmente a través de frases cortas y mientras
juega habla constantemente, participando de éste modo en el “monólogo
colectivo”. El niño se nombra a sí mismo, pero a los tres ya trabaja el
“yo”, mío, vos.
Ya reconoce los objetos como permanentes, estén o no en su campo visual. Ha ordenado prácticamente su espacio,
distingue en la acción la causa del efecto y reconoce un tiempo en la
sucesión de hechos cotidianos que es externo al propio cuerpo.
Durante los dos primeros años de vida aparecen un conjunto de conductas:
- La imitación diferida, que constituye un comienzo de representación de los objetos y situaciones. La imagen mental que aparece como imitación interiorizada.
- El juego simbólico.
- El dibujo o la imagen gráfica.
- El lenguaje que permite la evocación verbal de acontecimientos no actuales.
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