sábado, 22 de septiembre de 2012

2 años... "¡Ya tengo el poder!"


El tema central del desarrollo del niño de 2 años es la autonomía, ya que descubren que hay cosas sumamente interesantes en el mundo desde que empiezan a caminar. Y claro, lo quieren tocar todo. Ya son conscientes de sí mismos como personas, quieren hacer las cosas solos y de oponen a los adultos para afirmar esa marcha a su independencia. Por otro lado, necesitan la puesta de límites que se manifiestan a través de rabietas y berrinches.

LA CONQUISTA DE LA PELELA

Es durante esta edad, que el niño aprende a estar seco y limpio, adquiriendo la madurez biológica que le permitirá controlar efínteres. Dicho aprendizaje tiene una profunda raíz emocional. La posibilidad de control se relaciona con las fantasías inconscientes; se asocia con dar o recibir algo valioso, y a través de sus excrementos puede expresar también sus sentimientos negativos hacia sus padres o adultos significativos.
No todos los niños lo consiguen al mismo tiempo, pero estas variaciones se producen con independencia del sexo. 


El éxito del control de esfínteres depende por una parte del desarrollo y maduración del organismo del niño y, por otro, del contexto social, cultural y educativo en el que se encuentra.

Los mecanismos de control:
La orina se almacena en la vejiga, de donde es expulsada periódicamente. La contención de la orina es asegurada por los esfínteres internos y externos. Estos cumplen la función de unas compuertas que cierran la salida hacia la uretra. A medida que aumenta la cantidad de liquido, el musculo que forma las paredes de la vejiga va dilatándose hasta que ya no puede adaptarse al volumen. Entonces la presión dentro de la vejiga aumenta bruscamente provocando fuertes contracciones que los adultos sabemos interpretar como la necesidad urgente de evacuar. En el lactante, la expulsión es automática e incontrolable. Para orinar relajamos los esfínteres, los músculos de la vejiga se contraen y la orina fluye. Un mecanismo similar existe para el intestino.

 
El Aprendizaje
Algo tan sencillo como hacer pis requiere al niño cosas tan complejas como:
-Distinguir las sensaciones producidas  en su cuerpo cuando esté llena la vejiga.
-Contraer y relajar el esfínter externo, es decir ser capaz de hacer abrir y cerrar a voluntad el flujo de orina aún si la vejiga este vacía.
-Reconocer las señales incluso dormido y despertar para orinar.
Controlar sus esfínteres no es una tarea fácil. Para ello es necesario que maduren y desarrollen los elementos que componen el sistema genito-urinario y el sistema nervioso.
Además el niño, debe aprender a reconocer las señales que le mandan su cuerpo y asociarlas a la conducta que de él se espera.

Cuando empezar:
 La actitud de los adultos en este terreno es muy variable. Existen sociedades o personas más precisas que otras. El control de los esfínteres está relacionado con la disciplina, la inhibición, el acatar normas y, por lo tanto, la ideología educativa de los padres.
Como hemos visto para el aprendizaje tenga éxito, el niño tiene que haber logrado un cierto nivel de desarrollo. Como norma general, este se alcanza entre los dos y dos años y medio para el control en el día y los tres para el control en la noche. Normalmente el niño controla antes el intestino que la vejiga. El aprendizaje demasiado precoz es tan inútil como contraproducente. Tal práctica solo produce tensiones innecesarias en las relaciones padres-hijo.



Como enseñar:
 Algunos niños no aceptan quedarse sentados en el inodoro. La primera medida será entonces, familiarizarse con su uso, después de las comidas y a media tarde. Concluido el primer paso, comenzara el entrenamiento propiamente dicho. Pero antes de empezar debe tener la seguridad de que tanto el niño como el adulto tengan por delante unos días de mucha tranquilidad. El aprendizaje no debe ser una prueba para el niño. Además necesitara toda la comprensión y paciencia de una madre especialmente disponible.
Una vez iniciado el aprendizaje, es indispensable establecer normas estrictas en sus costumbres. Se sustituye el pañal por la ropa interior y se tiene preparadas tantas mudas como hagan falta. Luego se establece la rutina de permanecer sentado en la pélela después de las comidas y cada tres horas. Para que se haga más llevadero aproveche la oportunidad para contarle algún cuento. Si evacua, prémiele con alguna golosina y felicítelo. Si no, no prolongue la estancia más de cinco minutos. El éxito del entrenamiento solo depende de una constancia y el rigor que usted ponga para que el niño cumpla las normas establecidas. El control de la noche solo es una cuestión de tiempo. En el principio mantenga el pañal parar dormir, cuando compruebe que amanece seco durante varios días seguidos se lo podrá quita definitivamente. 


Lo que debe hacer:                                                                           Lo que no debe hacer:
*Ser inflexible cuando tiene que                                               *Emplear castigos.
   Sentarse en la pélela.                                                                *Levantar al niño por la noche. El tiene
* Motivarlo con palabras de apoyo                                              que aprender a despertarse solo.
   y recompensa.                                                                             *Restringir la cantidad de líquido.
*Enseñarle a apretar los músculos                                               Su organismo lo necesita.
  de su abdomen y retener su                                                       *Volver a ponerle pañales.
  respiración.                                                                                      entendería que tiene permiso para                                                                                      
                                                                                                              Orinarse.
                                                                                                            *Emplear medicamentos


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