miércoles, 22 de agosto de 2012

Consejos de gran utilidad

Cómo se trata a un niño zurdo…
                   






A esta altura del siglo, padres y maestros saben muy bien que ser zurdo no es una mala costumbre ni mucho menos una “manía”. Son Zurdas del cinco al diez por ciento de las personas, y lo son de nacimiento, a causa de una configuración diferente (pero no peor) que las demás personas. Los zurdos, de hecho, muestran a veces habilidades especiales.
Zurdos han sido desde genios como Cervantes o Leonardo da Vinci hasta muchísimos deportistas, como el gran tenista John Mc Enroe.
Por eso, desde hace varias décadas ya nadie intenta contrariar (como se hacía en tiempos pasados) la tendencia natural de un niño a utilizar su mano izquierda. Es más hacerlo puede provocarle complejo de inferioridad, fracaso escolar, tartamudez, enuresis, dislexia….
La tendencia natural del niño se observa viéndolo tomar espontáneamente objetos, lanzar la pelota, peinar a sus muñecas, abrir cierres, cepillarse los dientes, abrir un caramelo…Hay que dejarlos que lo haga con total libertad. Tampoco hay que forzarlo a manejar la izquierda por un liberalismo mal entendido, si vemos que se encuentra indeciso, ya que en los primeros años la tendencia del niño todavía se halla indefinida.
Hoy en día los maestros se muestran comprensivos y no dan  ninguna importancia a escribir con la izquierda. No obstante, conviene advertirlo en la escuela para no provocar extrañeza entre los demás. Y recordemos que es fundamental nuestra actitud positiva y nuestro apoyo.
En algunos casos, el hecho de ser zurdo puede acompañar a otros problemas: torpeza, retraso psicomotor, problemas en la estructuración del espacio o del tiempo, retraso del lenguaje…En tales casos, si es necesario que nuestro hijo sea examinado por un especialista y reciba un tratamiento adecuado.


 
AYUDALE A SER GENEROSO:
-          Intenta no forzar a tu hijo a no compartir si él no quiere.
-          Procura que cada uno de tus hijos tenga algo que sea exclusivamente suyo.
-          Exige al niño que respete las pertenecías privadas de los demás, estableciendo diferencias ente lo que es de todos y lo que es de cada uno.
-          Ayúdale a recuperar los objetos que ha prestado a otros. Si cada préstamo significa una pérdida para siempre, se le quitarán las ganas de ser generoso.
-          Trata de que comprenda las motivaciones de sus amigos. Quizá, Fulanito le pida ese cochecito porque él no tiene ninguno, o Menganito no quiera dejarle su osito porque lo necesita para dormir.
-          No esperes que tu hijo sepa compartir antes de haber cumplido los cuatro años.

 

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